Sistema de Agua Potable y Alcantarillado – Chala

Ejecución de obra «Ampliación y Mejoramiento del los Servicios de Agua Potable y Saneamiento del Distrito de Chala, Provincia de Carabela».

 

Se trata de una Licitación Pública de modalidad Llave en Mano, para la contratación de ejecución de obras, parte del Programa Nacional de Saneamiento Urbano.

Comprende la ejecución de líneas, redes y conexiones domiciliarias de agua y alcantarillado.

El objetivo de este proyecto es mejorar las condiciones del Sistema de Abastecimiento de la zona, asegurando la calidad de los servicios de agua potable para los habitantes, y la puesta en marcha de una Planta Desaladora.

17.48 M $

El proyecto beneficiará a más de 11.000 habitantes de la ciudad.

 

Los sistemas a desarrollar incluyen:

  • Agua potable: captación de agua subterránea del mar en Chala, y tratamiento mediante una planta de osmosis inversa con capacidad de 95,71 l/s.
  • Alcantarillado: redes colectoras de aguas que serán tratadas en una planta proyectada.
  • Emisario submarino: descarga de aguas residuales a 800 metros mar adentro.
  • Sistema eléctrico: diseño de alimentadores, instalaciones eléctricas y alumbrado exterior.
  • Operación asistida: soporte para la puesta en marcha de la planta de agua potable y estaciones de bombeo por un periodo de seis meses.

 

El plazo total de ejecución del proyecto es de 26 meses, distribuido de la siguiente manera:

Sistema de Alcantarillado – Chinandega

Construcción de Redes del Sistema de Alcantarilla

Construcción de Redes del Sistema de Alcantarillado Sanitario para la ciudad de Chinandega.

 

Se trata de una Licitación Pública Internacional, con un plazo de ejecución de las obras de 15 meses.

17.48 M $

Una vez finalizado el proyecto, se prevé una mejora significativa en estilo de vida de unas 25.500 familias de la ciudad y sus alrededores.

Eductrade se adjudica el contrato de construcción de esta red de alcantarillado sanitario, que incluye:

Conservación y mantenimiento de la infraestructura hidráulica: ¿por qué es esencial?

Las infraestructuras hidráulicas desempeñan un papel fundamental en nuestro día a día, aunque no siempre seamos plenamente conscientes de ello. Desde el suministro de agua potable hasta la gestión de aguas residuales o pluviales, estas obras mejoran considerablemente nuestra calidad de vida, contribuyen al crecimiento económico de las regiones e incluso permiten usar de manera más racional ese valioso recurso.

Sin embargo, para que estas estructuras cumplan su cometido es imprescindible contar con un plan de mantenimiento que prevea revisiones e intervenciones periódicas.

Agua segura, futuro seguro: la importancia del mantenimiento de las obras hidráulicas

La adecuada conservación y el mantenimiento de las obras hidráulicas alarga su vida útil, optimiza su rendimiento y contribuye a un desarrollo sostenible, garantizando al mismo tiempo el bienestar de las comunidades, por lo que se trata de una inversión estratégica.

Preservar la calidad del agua y garantizar el acceso a la misma

Mantener en perfectas condiciones las estructuras que transportan agua de un lugar a otro es vital para garantizar un servicio continuo y preservar la cantidad y calidad del agua que llega a los hogares. El mantenimiento regular facilita la detección temprana de fugas para evitar cortes de suministro que afecten a los usuarios.

Asimismo, la limpieza adecuada de las tuberías de abastecimiento y la actualización de las plantas y tecnologías de tratamiento garantizan que el agua sea potable y cumpla con los estándares de salud y seguridad. Ese tipo de medidas proactivas protegen la salud pública y mejoran la calidad de vida de los ciudadanos reduciendo al mínimo los fallos en el servicio.

Prevenir pérdidas económicas y preservar la cantidad de agua

Generar agua potable requiere un gran esfuerzo, pero entre el 30 y 50% de esa producción no se rentabiliza, ya sea debido a las fugas o las conexiones ilegales. El agua no contabilizada (ANC) representa un gran problema para las empresas gestoras de servicios de Agua en todo el mundo, hasta el punto de poner en riesgo su viabilidad financiera.

De hecho, la merma de los ingresos y el aumento de los costes operacionales reducen los recursos económicos disponibles para mantener y/o mejorar dichas infraestructuras, creando un déficit que muchas municipalidades o compañías no pueden suplir.

Pensemos que un agua no contabilizada del 50% supone que tenemos que captar (recurso hídrico muchas veces escaso) tratar y transportar el doble del agua que finalmente llegamos a registrar en destino. Si conseguimos controlar que el agua contabilizada pase del 50 al 70% (30% de ANC), supone un incremento del 40% del agua efectivamente servida, que es mucho más eficiente que sobredimensionar el volumen de agua a tratar un 40%, en lo que implica captación, tratamiento, distribución, para que finalmente la mitad de esa agua adicional se vuelva a perder.

Contar con un modelo de balance hídrico eficaz, así como con sistemas de medición y control más exactos y modernos, permite reducir esas pérdidas y usos no registrados para que el proceso de producción y suministro de agua sea más rentable y eficiente.

Promover la sostenibilidad ambiental y cuidar la salud

El mantenimiento preventivo bien planificado permite preservar los cursos de agua y gestionar de forma más racional este bien valioso. La implementación de prácticas sostenibles, como la reutilización del agua y la integración de tecnologías verdes reduce la presión sobre los recursos hídricos y disminuye el impacto ambiental de estas infraestructuras.

Asumir un enfoque proactivo y sostenible garantiza la funcionalidad continua de las obras hidráulicas y contribuye a la resiliencia de las comunidades frente a los desafíos ambientales. Asimismo, el mantenimiento correcto ayuda a prevenir la contaminación de ríos y arroyos, minimizando la degradación del hábitat acuático para preservar la biodiversidad y la calidad del agua. En cambio, el mantenimiento inadecuado de las redes de alcantarillado/saneamiento puede provocar focos de contaminación que terminen afectando tanto a nuestra salud como al medio ambiente.

Evitar los daños que causan las lluvias torrenciales

Las infraestructuras hidráulicas no solo proporcionan agua potable, también permiten gestionar las aguas pluviales y prevenir inundaciones. Por ese motivo, unas infraestructuras en malas condiciones representan un riesgo latente.

El mantenimiento preventivo de represas, canales, cauces naturales y sistemas de drenaje es crucial para gestionar los flujos de agua repentinos causados por condiciones climáticas de lluvia extremas y evitar que se produzcan inundaciones devastadoras que no solo dañan las propiedades, sino que también conducen a la pérdida de vidas humanas.

La limpieza regular de los canales y ríos, así como la inspección de las estructuras de retención son acciones clave para garantizar que estas obras cumplan su cometido con eficacia. Invertir en inspecciones regulares y en el mantenimiento predictivo mitigará el impacto de los eventos climáticos extremos y evitará daños económicos cuantiosos.

Mayor eficiencia operativa y reducción de costes a largo plazo

La conservación y el mantenimiento de las estructuras que transportan agua de un lugar a otro y, en sentido general de todas las obras hidráulicas, mejora su eficiencia operativa y disminuye el costo a largo plazo. Por ejemplo, analizar las vibraciones de los motores, realizar un control de caudales mínimos o aplicar termografías de los cuadros eléctricos son medidas importantes para asegurarse de que todo funciona adecuadamente.

En la actualidad, la tecnología desempeña un papel protagónico a la hora de optimizar el mantenimiento y ganar eficiencia ya que permite gestionar un gran volumen de datos a través de sistemas de telecontrol, telemedición y telemando. Por una parte, posibilita monitorear el sistema hidráulico en tiempo real para conocer los usos del agua en cada punto, detectar el consumo de los usuarios y su facturación, así como identificar potenciales derivaciones injustificadas que demanden una verificación en campo.

Por otra parte, la tecnología también facilita el control en tiempo real de los equipos, válvulas, etc. para realizar un mantenimiento predictivo que contribuya a evitar paradas imprevistas. Con la ayuda del Big Data y la Inteligencia Artificial incluso se puede integrar información complementaria, como los datos meteorológicos, para optimizar la gestión del agua, reducir costes y lograr una contraprestación justa que se puede reinvertir para proporcionar un servicio mejor.

Identificar los problemas a tiempo, implementar tecnologías más eficientes y optimizar los procesos de gestión asegura un rendimiento continuo y evita incurrir en reparaciones mayores y más costosas. Es una inversión estratégica que facilita la estabilidad financiera a lo largo de los años de este tipo de proyectos.

El compromiso de Eductrade

En Eductrade buscamos soluciones tecnológicas innovadoras en el sector hidráulico para promover un desarrollo sostenible de alto impacto social. Tal es el caso del proyecto de rehabilitación, mejora y ampliación del sistema de agua potable de la ciudad de Jinotepe, en Nicaragua, a través del cual abasteceremos a una población de 55.000 habitantes, o la creación de dos sistemas de agua potable y el alcantarillado en la Región de Arequipa, en Perú, para ampliar la cobertura, mejorar la calidad y promover un uso más sostenible.

Abordamos nuestros proyectos de infraestructura hidráulica teniendo en mente la importancia de proteger los recursos hídricos y los ecosistemas, sin olvidar el bienestar de las personas. Así podemos asegurar un suministro continuo de agua mientras ayudamos a las comunidades a prepararse para enfrentar los desafíos del futuro.

La congestión de las líneas eléctricas ante la proliferación de ERNC

lineas electricas

La energía renovable no convencional (ERNC) es fundamental para descarbonizar la economía y avanzar hacia un planeta más limpio para todos. Con ese objetivo en mente, diferentes gobiernos de todo el mundo han impulsado el desarrollo de sistemas de producción de energía limpia.

Sin embargo, el crecimiento vertiginoso de las energías verdes está suponiendo un desafío notable: la red eléctrica convencional no está preparada para transferir la energía generada entre el origen y el destino, lo cual conduce a vertidos y amenaza su viabilidad económica.

El impacto de la saturación de las líneas eléctricas

La mayoría de las infraestructuras de redes que se utilizan en la actualidad fueron planificadas hace décadas para responder a las necesidades de un sistema energético muy diferente. Este dependía fundamentalmente de enormes centrales eléctricas que suministraban cientos de megavatios de energía, la cual se canalizaba por las redes de transmisión y distribución hasta los usuarios finales.

La expansión de las tecnologías renovables ha implicado una descentralización de la generación de energía, dispersando numerosos generadores más pequeños por todo el territorio. Sin embargo, las viejas infraestructuras tienen una capacidad limitada para integrar las energías descentralizadas, por lo que es necesario implementar nuevas instalaciones que tengan la capacidad de transportar y distribuir la electricidad generada.

La congestión de las líneas de transmisión debido a la alta capacidad de energía verde instalada, sumado a los retrasos en el desarrollo de nuevas redes, termina impidiendo que parte de la electricidad generada llegue a los consumidores. Como resultado, esa energía se pierde, lo cual reduce los costes marginales, aumenta los gastos de explotación y afecta el retorno de la inversión, haciendo que algunas empresas incluso tengan que declarase en quiebra.

El paradigmático caso de Chile

Hace poco, la Agencia Internacional de la Energía (IEA) elaboró un informe en el que concluyó que existe un vínculo entre la restricción de las energías renovables debida a la congestión de la red y el retraso en el despliegue de la capacidad de transmisión y distribución. También señaló que, para que todos los países cumplan sus objetivos climáticos, sería necesario agregar o reemplazar 80 millones de kilómetros de redes para 2040, el equivalente a todas las redes que existen en el mundo actualmente.

Chile, un país donde en 2022 la energía solar y eólica superó por primera vez la proveniente del carbón, ha experimentado un crecimiento acelerado de la ERNC que, sin embargo, se ha estancado debido a la congestión de las líneas de transmisión en ciertos tramos, sobre todo al norte. Básicamente, lo que ocurre es que la alta capacidad instalada en centrales solares fotovoltaicas no puede trasladarse a la zona central debido a que las redes de transmisión están saturadas.

La delicada situación de muchas de las compañías que han invertido en energías renovables (en los últimos meses de 2002, dos generadoras se declararon en quiebra y al menos otras nueve expresaron su preocupación por la posibilidad de que el sector caiga en insolvencia) ha hecho necesario un cambio regulatorio que permita flexibilizar el sistema eléctrico y avanzar más rápido en la aprobación y construcción de nuevas líneas de transmisión. Esa agilidad y dinamismo permitiría minimizar los vertimientos y desacoples de precio.

Proyecto de Ley de Transición Energética

Por eso motivo, a finales del año pasado se aprobó en lo general el Proyecto de Ley de Transición Energética que persigue cuatro objetivos fundamentales:

  1. Promover la sostenibilidad en la institucionalidad del sistema eléctrico.
  2. Fortalecer el sistema de transmisión eliminando los obstáculos burocráticos para la aprobación y construcción de estas infraestructuras, de manera que las empresas puedan mantener una relación directa con la Comisión Nacional de Energía.
  3. Activar un sistema de almacenamiento a gran escala para evitar parte del cuello de botella que existe en la actualidad, lo cual permitiría a las plantas solares inyectar de noche en la red la energía que generan de día, una solución que incluso permitiría aprovechar mejor la infraestructura eléctrica existente.
  4. Extender las rentas por congestión sistémicas a las generadoras, un mecanismo que en Chile se conoce como ingresos tarifarios y que serviría para resolver las dificultades financieras que afrontan las empresas renovables a corto plazo puesto que parte del importe más bajo que pagan los clientes finales se traspasaría a las generadoras para evitar los desacoples de precios.

Con estas medidas, Chile quiere proporcionar un marco más claro, predecible y justo para las empresas que operan en el sector renovable, de forma que el modelo verde siga adelante. Su aprobación final y puesta en práctica está siendo seguida con atención por otros países del entorno, que ya son conscientes de que no basta con impulsar la generación de energía renovable, sino que es necesario contar con sistemas de almacenamiento y líneas eléctricas adecuadas para que la ruta hacia la descarbonización no se vea comprometida.

Desarrollo de proyectos de infraestructuras energéticas

Eductrade también es consciente de esos desafíos, de manera que no solo desarrolla proyectos de infraestructuras energéticas para generar energía de forma renovable, sino que también propone soluciones tecnológicas innovadoras para el transporte y la distribución de esa energía, de manera que las obras puedan tener realmente un alto impacto social y sea viables económicamente.

La desalinización en Latinoamérica como vía para enfrentar el estrés hídrico

agua limpia ODS

El agua es fundamental para la vida, pero se está volviendo un recurso cada vez más escaso. En la actualidad, más de 1 de cada 6 personas vive en zonas sometidas a estrés hídrico, lo cual implica que no tienen acceso al agua potable con facilidad, según la Fundación Aquae.

Ese déficit hídrico puede estar causado tanto por la escasez de agua como por una demanda excesiva debido fundamentalmente al crecimiento demográfico, por lo que termina afectando la calidad de vida de las personas y limitando las oportunidades de desarrollo de las regiones al afectar las actividades agrícolas e industriales. En ese contexto, hay que buscar soluciones alternativas, como la desalación.

Los proyectos de desalinización en América Latina

Latinoamérica no es una de las zonas más afectadas por el estrés hídrico, como Oriente Medio y África del Norte, pero algunos de sus países sufren un déficit sustancial que los ha puesto contra las cuerdas. Tal es el caso de Chile, que ocupa el puesto 16 en la lista de Water Risk Indicator (WRI) sobre las naciones más afectadas.

Debido a la desertificación y la sequía, así como al aumento del consumo, Chile se enfrenta una crisis hídrica desde hace más de una década. Para dar respuesta a la demanda de agua, a finales de 2023, su Cámara de Diputados aprobó por unanimidad un proyecto de ley destinado a construir y concesionar plantas desalinizadoras con fines potables, de saneamiento y riego

Dichos cambios legislativos están encaminados a facilitar la financiación y construcción de plantas desaladoras pues el Estado asume sus costes, lo cual permitirá que el proceso de desalación avance a la velocidad que necesitan los diferentes sectores a los que abastecerá, priorizando en especial el consumo humano.

¿Cómo ayuda la desalinización a la escasez del agua?

No cabe duda de que la desalinización es una solución viable y sostenible a los desafíos que supone el cambio climático, a la vez que ofrece una alternativa viable, ambientalmente sostenible y relativamente rápida para satisfacer las necesidades de la población.

Por ese motivo, América Latina está siguiendo con especial atención el marco jurídico e institucional de Chile, así como el desarrollo de las obras y sus resultados. Muchas naciones pueden aprender de su ejemplo y adaptar las medidas a su entorno para solucionar o evitar el estrés hídrico. De hecho, en la región, México y Perú son otros países que sufren un riesgo alto de déficit hídrico.

El gran reto: implantar desalinizadoras sostenibles

La desalinización es un proceso mediante el cual se elimina la sal y otros minerales disueltos en el agua de mar para convertirla en potable o lograr que sea apta para usar en la agricultura y la industria. En general, Latinoamérica tiene un gran potencial de crecimiento para desalinizar el agua de mar. Sin embargo, solo un 6% del mercado corresponde a esta región, con México y Chile a la vanguardia, de acuerdo con la Asociación Latinoamericana de Desalación y Reúso de Agua (ALADYR).

En combinación con un uso responsable de los recursos hídricos y la diversificación de las infraestructuras hidráulicas, la desalación puede convertirse en una pieza esencial para solucionar la creciente escasez de agua. No solo garantiza agua potable, limpia, segura y fresca a la población, sino que también puede abastecer el sector agrícola e industrial, además de ayudar a preservar los cada vez más escasos suministros actuales de agua dulce.

Además, los sistemas de desalinización se basan exclusivamente en el uso del agua de mar, que es un recurso renovable y siempre disponible, en contraposición con la mayoría de las soluciones actuales que dependen en gran medida de fuentes sometidas a factores meteorológicos cambiantes e incontrolables.

Por supuesto, para aprovechar el potencial de la desalación es importante poner en marcha proyectos sostenibles ya que este proceso también tiene un impacto medioambiental. La salmuera, el residuo de la desalinización, por ejemplo, puede afectar los ecosistemas si se vierte en el mar y contaminar los acuíferos de la costa en caso de filtraciones.

No obstante, se podría utilizar para generar electricidad, en la acuicultura para aumentar la biomasa de peces o incluso extraer los minerales que contiene, desde el magnesio y el calcio hasta el potasio o el litio, entre otros.

Asesoría para el desarrollo de proyectos hídricos

Contar con la asesoría de empresas especializadas en el desarrollo de proyectos hídricos, como Eductrade, permitirá a los gobiernos implementar soluciones innovadoras que garanticen un desarrollo sostenible con un alto impacto social, de manera que la gestión hídrica se convierta en un indicador de competitividad y responsabilidad medioambiental.

 

 

 

¿Cómo lograr un proyecto de infraestructura energética eficiente?

proyecto de infraestructura energetica eficiente

La energía eléctrica es fundamental para el desarrollo socioeconómico. Sin embargo, es necesario generarla a partir de fuentes renovables y lograr que el proceso de producción y distribución sea más eficiente. Por ese motivo, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas consiste en “duplicar la tasa mundial de mejora de la eficiencia energética” con vistas a 2030.

La Unión Europea también ha fijado entre sus prioridades garantizar a toda la población el acceso a una energía segura, limpia y asequible. Para lograrlo, apoya y subvenciona diferentes proyectos de infraestructuras energéticas que permitan producir, almacenar y distribuir energía de forma eficiente.

El reto de la eficiencia en el mix energético con las renovables

Los mercados eléctricos están siendo sacudidos por grandes cambios en el plano regulatorio, tecnológico y social. La descarbonización de la economía supone un nuevo reto al demandar el desarrollo de un modelo energético que no solo sea sostenible sino también fiable.

El progresivo protagonismo de las tecnologías renovables en detrimento de los combustibles fósiles en el mix energético implica una mayor exposición a sus fluctuaciones e intermitencia, lo cual exige mecanismos de gestión más eficientes que garanticen el suministro energía eléctrica en todo momento.

El principal desafío consiste en lograr un sistema eléctrico flexible que se adapte a los cambios en la demanda energética usando sus recursos de manera más eficiente. Por tanto, es fundamental encontrar la combinación adecuada para suplir la disminución puntual de la producción de energía de fuentes renovables y buscar alternativas de almacenamiento para los momentos en que se produce un exceso de generación.

Las 3 claves para desarrollar proyectos de infraestructuras energéticas eficientes

Planificación estratégica

La planificación estratégica es lo que garantiza un enfoque integral y eficaz para optimizar los recursos y maximizar los resultados de los proyectos de infraestructuras energéticas. Se debe partir de una evaluación exhaustiva de las necesidades energéticas específicas de la región, así como de las demandas futuras en base al crecimiento previsto, las tendencias demográficas y las proyecciones de desarrollo económico para garantizar la sostenibilidad a largo plazo.

Habrá que hacer además un análisis detallado de los recursos energéticos disponibles para determinar las opciones de generación de energía más adecuadas y sostenibles para el proyecto teniendo en cuenta su capacidad de producción y fiabilidad. Así se logrará el mix óptimo que satisfaga las necesidades de la forma más eficiente posible.

Integración de tecnologías innovadoras

Implementar tecnologías innovadoras es fundamental para optimizar un proyecto de infraestructura energética y lograr que sea más eficiente, sobre todo cuando se integran fuentes de energía renovable. En ese caso, utilizar sistemas avanzados de almacenamiento, como baterías de alto rendimiento, permite absorber el exceso de energía generada para usarla cuando se produzcan picos de demanda y garantizar un suministro estable y continuo.

El uso de redes inteligentes también contribuye a integrar de manera más eficiente las fuentes de energía distribuidas y gestionar mejor la demanda energética. Estas redes incorporan la tecnología digital y domótica más avanzada para facilitar el intercambio bidireccional de energía e información en toda la infraestructura.

Asimismo, los sistemas de información y control automatizados permiten monitorear y optimizar el flujo de energía en tiempo real para realizar una distribución más equitativa y eficiente. Al brindar una imagen más precisa del consumo y la demanda energética, así como del estado de cada nodo, segmento y elemento, contribuyen a aumentar la eficiencia operacional de las líneas e identificar áreas de mejora para usar de forma más responsable todo el ciclo.

Aplicar criterios de eficiencia energética en la construcción y operación

La eficiencia de un proyecto de infraestructura energética comienza en la etapa de diseño, pero se extiende al proceso de construcción y posterior operación. Implementar estándares de construcción sostenibles, usar materiales ecológicos e integrar sistemas de aislamiento eficientes, siempre que sea posible, permite reducir significativamente el impacto ambiental de la obra y mejorar la eficiencia térmica de las estructuras disminuyendo la pérdida de energía desde la propia concepción.

Adoptar prácticas operativas eficientes, como programas de mantenimiento preventivo y monitorear con regularidad los sistemas energéticos, también garantizan un funcionamiento óptimo y alargan la vida útil de los equipos y la infraestructura.

En este sentido, es importante no descuidar la capacitación del personal en el uso de sistemas de control automatizados. Así se optimizará el rendimiento de la infraestructura energética mientras se reducen los costos operativos y de mantenimiento a largo plazo.

Eductrade está firmemente comprometida con el diseño e implementación de proyectos de infraestructuras energéticas eficientes. Aplicamos un enfoque integral que contribuye a suministrar electricidad de manera sostenible, económica y segura sentando las bases para un futuro energético más limpio y resiliente.

Trabajando por un agua limpia y saneamiento para todo el mundo

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En el año 2015 la ONU aprobó la Agenda 2030 con la intención de marcar el rumbo hacia una sociedad más justa e igualitaria en la que se implemente un modelo de desarrollo sostenible que permita generar bienestar y al mismo tiempo proteger el medio ambiente. Dentro de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) previstos se encuentra proteger nuestro recurso más valioso: el agua.

El impacto del agua contaminada y la falta de saneamiento

El agua es fundamental para nuestra existencia, pero sigue siendo un recurso escaso para entre 2 y 3 mil millones de personas en el mundo, un problema que podría agravarse en las próximas décadas si no tomamos medidas inmediatas, según la UNESCO.

La escasez de agua pone en peligro los medios de subsistencia de muchas personas y representa un grave riesgo para la seguridad alimentaria a nivel mundial. La creciente incidencia de sequías extremas durante periodos de tiempo cada vez más prolongados también está estresando los ecosistemas, con consecuencias terribles para las plantas y los animales.

Los problemas con el agua no se limitan solo a su disponibilidad sino también a su potabilidad. En el mundo, 3 de cada 10 personas no tienen acceso a servicios de agua potable y 6 de cada 10 no tienen instalaciones de saneamiento seguras, según reveló Naciones Unidas. En la actualidad, más del 80 % de las aguas residuales de las actividades humanas siguen vertiéndose en el mar o los ríos sin recibir ningún tratamiento, lo que provoca su contaminación.

El acceso a agua limpia y saneamiento (ODS-6) no solo es un derecho humano, también es una condición imprescindible para la salud. Las enfermedades relacionadas con el agua contaminada y un saneamiento deficiente siguen siendo las principales causas de fallecimiento de niños menores de 5 años.

Cada año mueren más de 2 millones de personas en el mundo debido a enfermedades diarreicas, la inmensa mayoría por culpa de la falta de higiene y el agua insalubre. Desde cólera, disentería, hepatitis A, fiebre tifoidea, esquistosomiasis y poliomielitis, las personas contraen enfermedades que se podrían prevenir con una gestión hídrica adecuada.

Por una gestión más sostenible de los recursos hídricos

La gestión sostenible de los recursos hídricos es fundamental para optimizar la producción de alimentos e incluso la producción de energía, así como para garantizar un trabajo digno y un crecimiento económico sostenible a largo plazo. También nos permitiría preservar mejor los ecosistemas hídricos, terrestres (ODS-15) o marinos (ODS-14) y su diversidad biológica, combatiendo de manera más eficaz el cambio climático (ODS-13).

Un estudio realizado por el Grupo Banco Mundial, UNICEF y la OMS calculó que ampliar los servicios básicos de agua y saneamiento a las poblaciones que carecen de los mismos podría costar unos 28 400 millones de dólares anuales hasta 2030. Aunque parece un costo enorme, en realidad solo representa el 0,10 % de la producción total de los 140 países analizados.

De hecho, el impacto económico de no invertir en agua limpia y saneamiento es aún mayor. En la India, por ejemplo, las consecuencias y los costes económicos de la falta de saneamiento y acceso al agua potable implica una reducción del 6,4 % del PIB.

Más allá del coste económico que demanda la gestión eficiente del agua y los servicios de saneamiento, debemos tener claro que si no ponemos en marcha las infraestructuras adecuadas, millones de personas seguirán muriendo cada año porque no tienen acceso al agua limpia y saneamiento, seguiremos perdiendo diversidad biológica y los ecosistemas podrían sufrir daños irreversibles.

¿Qué podemos hacer para garantizar agua limpia a todos?

Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos” es uno de los ODS que ha planteado Naciones Unidas. La meta es lograr que todos tengan acceso al agua potable a un precio asequible y a servicios de saneamiento e higiene adecuados en 2030.

Para lograrlo, Naciones Unidas propone una serie de acciones, como reducir la contaminación del agua eliminando el vertido de productos químicos, materiales peligrosos y aguas residuales sin tratar. También hace un llamado a proteger y recuperar los ecosistemas hídricos, así como a usar de manera más eficiente este recurso para poder garantizar un abastecimiento de agua dulce sostenible a lo largo del tiempo.

Sin embargo, los ODS relacionados con el agua limpia y saneamiento solo se podrán alcanzar poniendo en marcha una gestión integrada de los recursos hídricos a todos los niveles, implicando tanto a las comunidades locales como recurriendo a la cooperación internacional.

Es esencial apoyar a los países en desarrollo para que puedan implementar proyectos relacionados con el agua limpia y el saneamiento, como los que pone en marcha Eductrade, donde llevamos más de 40 años contribuyendo al progreso social.

Llevamos a cabo proyectos de infraestructuras hidráulicas aportando soluciones al ciclo integral del agua, ya sea el abastecimiento, saneamiento, tratamiento de las aguas (residuales, potable, desalación), regadíos, aprovechamiento hidroeléctrico, etc. Así ponemos nuestro granito de arena para proteger la salud de las personas y el ecosistema mientras impulsamos un desarrollo económico y social sostenible.

Sistema de agua potable y alcantarillado, Arequipa – 2023

Creación de los Sistemas de Agua Potable y alcantarillado sanitario del Distrito de Cerro Colorado, en la Región de Arequipa.

 

 

La sucursal de Perú está llevando a cabo, en colaboración con la Constructora MSM, S.A., el contrato de obra que incluye:

  • Creación de los sistemas de Agua Potable dependientes del Reservorio N-39 y Reservorio N-31.
  • Alcantarillado Sanitario del Distrito de Cerro Colorado.

 

Eductrade trabajará en el Marco del Programa Nacional de Saneamiento Urbano. El PNSU está adscrito al Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento.

175 M $

 

Objetivos:

  • Ampliar la cobertura.
  • Mejorar la calidad.
  • Promover el uso sostenible.

 

De los servicios de saneamiento en el ámbito urbano, para mejorar la calidad de vida de la población al influir en la mejora de la salud y de la nutrición.