La desalinización en Latinoamérica como vía para enfrentar el estrés hídrico

El agua es fundamental para la vida, pero se está volviendo un recurso cada vez más escaso. En la actualidad, más de 1 de cada 6 personas vive en zonas sometidas a estrés hídrico, lo cual implica que no tienen acceso al agua potable con facilidad, según la Fundación Aquae.

Ese déficit hídrico puede estar causado tanto por la escasez de agua como por una demanda excesiva debido fundamentalmente al crecimiento demográfico, por lo que termina afectando la calidad de vida de las personas y limitando las oportunidades de desarrollo de las regiones al afectar las actividades agrícolas e industriales. En ese contexto, hay que buscar soluciones alternativas, como la desalación.

Los proyectos de desalinización en América Latina

Latinoamérica no es una de las zonas más afectadas por el estrés hídrico, como Oriente Medio y África del Norte, pero algunos de sus países sufren un déficit sustancial que los ha puesto contra las cuerdas. Tal es el caso de Chile, que ocupa el puesto 16 en la lista de Water Risk Indicator (WRI) sobre las naciones más afectadas.

Debido a la desertificación y la sequía, así como al aumento del consumo, Chile se enfrenta una crisis hídrica desde hace más de una década. Para dar respuesta a la demanda de agua, a finales de 2023, su Cámara de Diputados aprobó por unanimidad un proyecto de ley destinado a construir y concesionar plantas desalinizadoras con fines potables, de saneamiento y riego

Dichos cambios legislativos están encaminados a facilitar la financiación y construcción de plantas desaladoras pues el Estado asume sus costes, lo cual permitirá que el proceso de desalación avance a la velocidad que necesitan los diferentes sectores a los que abastecerá, priorizando en especial el consumo humano.

¿Cómo ayuda la desalinización a la escasez del agua?

No cabe duda de que la desalinización es una solución viable y sostenible a los desafíos que supone el cambio climático, a la vez que ofrece una alternativa viable, ambientalmente sostenible y relativamente rápida para satisfacer las necesidades de la población.

Por ese motivo, América Latina está siguiendo con especial atención el marco jurídico e institucional de Chile, así como el desarrollo de las obras y sus resultados. Muchas naciones pueden aprender de su ejemplo y adaptar las medidas a su entorno para solucionar o evitar el estrés hídrico. De hecho, en la región, México y Perú son otros países que sufren un riesgo alto de déficit hídrico.

El gran reto: implantar desalinizadoras sostenibles

La desalinización es un proceso mediante el cual se elimina la sal y otros minerales disueltos en el agua de mar para convertirla en potable o lograr que sea apta para usar en la agricultura y la industria. En general, Latinoamérica tiene un gran potencial de crecimiento para desalinizar el agua de mar. Sin embargo, solo un 6% del mercado corresponde a esta región, con México y Chile a la vanguardia, de acuerdo con la Asociación Latinoamericana de Desalación y Reúso de Agua (ALADYR).

En combinación con un uso responsable de los recursos hídricos y la diversificación de las infraestructuras hidráulicas, la desalación puede convertirse en una pieza esencial para solucionar la creciente escasez de agua. No solo garantiza agua potable, limpia, segura y fresca a la población, sino que también puede abastecer el sector agrícola e industrial, además de ayudar a preservar los cada vez más escasos suministros actuales de agua dulce.

Además, los sistemas de desalinización se basan exclusivamente en el uso del agua de mar, que es un recurso renovable y siempre disponible, en contraposición con la mayoría de las soluciones actuales que dependen en gran medida de fuentes sometidas a factores meteorológicos cambiantes e incontrolables.

Por supuesto, para aprovechar el potencial de la desalación es importante poner en marcha proyectos sostenibles ya que este proceso también tiene un impacto medioambiental. La salmuera, el residuo de la desalinización, por ejemplo, puede afectar los ecosistemas si se vierte en el mar y contaminar los acuíferos de la costa en caso de filtraciones.

No obstante, se podría utilizar para generar electricidad, en la acuicultura para aumentar la biomasa de peces o incluso extraer los minerales que contiene, desde el magnesio y el calcio hasta el potasio o el litio, entre otros.

Asesoría para el desarrollo de proyectos hídricos

Contar con la asesoría de empresas especializadas en el desarrollo de proyectos hídricos, como Eductrade, permitirá a los gobiernos implementar soluciones innovadoras que garanticen un desarrollo sostenible con un alto impacto social, de manera que la gestión hídrica se convierta en un indicador de competitividad y responsabilidad medioambiental.